Viene el título al pelo tal y como transcurrió la velada, aunque también serían apropiados otros como "Que noche la de aquel día" o "El gran Batacazo". Lo ocurrido anoche, entra dentro de ese "algo" que tiene el poker, que no sabemos que es, pero que nos atrapa y nos engancha cada vez más a este juego.
Precisamente hablaba de eso con el amigo Pulpón durante la segunda partida, y quizá por eso, la noche se empeño en darme la razón.
En la primera, había partido el bote con él, más por su generosidad, que por merecimientos propios, ya que prácticamente me doblaba en fichas llegados al Head Ups, aunque bien es cierto, que me lo tuve que currar muchísimo para llegar hasta ahí y un poquito si que lo merecía. La Partida había empezado un poco alocada, doblándose Pulpón en la segunda o tercera mano a costa de Israel, que se dejó llevar por las muchas outs que le daba su proyecto en el Flop. Con el jugador más fuerte de la mesa doblándonos en fichas al resto, solo quedaba aguantar e intentar que los demás me fuesen haciendo algo de trabajo. Solo me metía en manos con premiums o si el bote estaba muy barato. Ya en el tercer nivel, fue el propio Fernando (Pulpón) el que me eliminó de una Vez a Scurot y a María, en un triple All Ín en el que ninguno tenía escapatoria. Pulpón tenía AK, Scurot QQ y María KK, saliendo un As como primera carta del Flop que le acabó dando todo el bote a Pulpón. Después de eso, la mesa apenas se Movió, ya que creo que Felix, como yo, tenía claro que no se podían hacer demasiadas cosas contra un jugador tan sólido y con tantas fichas. Finalmente, Felix acabó cayendo en mis brazos eligiendo para echarme All Ín, justo la mano en que yo había pillado Ases.
Partimos el bote, y a por otra. La noche empezaba bien, y con esa inercia comencé la siguiente partida. Ya éramos uno menos, y quizá por eso la cosa empezó más rápida, tanto que en la primera mano se volvió a ver un All Ín, entre Pulpón y Scurot (Perona), del que el segundo supo escapar sin dejarse todo el Stack. Como que no quiere la cosa, me ví con alrededor de 20.000 fichas, solo contra Scurot y David, los cuales no superaban ninguno las 6.000. Fernando estaba a mi lado, hablando de lo cambiante que es el poker, y lo atractivo que esto lo hace... "En la de antes he ganado sin problemas, y mira en esta, habiendo jugado igual", me decía. Yo pensaba lo mismo, aunque le decía que parecía que la noche se me ponía de cara, ya que tenia todas las papeletas de repetir victoria, o al menos pacto. Tan seguro estaba de mi mismo, que incluso bromeaba con el hecho de que dejaría el poker si no ganaba esa partida tal y como se estaba dando la noche. Pues bien, parece que los dioses del poker decidieron darme un buen escarmiento, ya que desde ese momento todo iría cuesta abajo.
Y en resumen, así fue como se convirtió lo que prometía ser una gran noche, en una velada desastrosa como pocas...